viernes, 28 de octubre de 2022

Las nuevas ecologías del aprendizaje (Julieta Alaniz)

 

Al hablar de ecología del aprendizaje es importante comenzar contextualizando para comprender… La ecología estudia las relaciones entre los seres vivos, el ambiente que los rodea, sus características, y cómo estas propiedades son afectadas por su interacción; en otras palabras, la ecología fomenta y apoya la creación de las comunidades. 

La ecología de aprendizaje, en el ámbito de la educación se refiere al cambio que se ha producido en las últimas dos o tres décadas en prácticamente todos los parámetros del aprendizaje humano: dónde aprendemos, cuándo, con quién y de quién, cómo, qué e incluso para qué aprendemos. Las escuelas han dejado de ser los únicos lugares donde se aprenden contenidos social y culturalmente relevantes. "Cada vez más aprendemos en un amplio abanico de contextos de actividad y en interacción con una diversidad de actores y agentes educativos". 

El aprendizaje, desde el conectivismo, contextualizado en la era digital, es esencialmente un proceso de creación de redes, en donde quienes aprenden interactúan con elementos que extienden las prácticas del aprendizaje más allá de las aulas, permitiendo la experiencia en la vida real. Las herramientas digitales, alteran los modos de aprender y dan lugar a otro modo de conocer, caracterizado por las conexiones. 



Para describir el nuevo escenario de aprendizaje, nos apoyaremos en el concepto de “ecología digital”. Según Siemens (2004) las ecologías son entornos de conocimiento compartido, fomentando las conexiones y fuentes de conocimiento, dando lugar a la circulación de éste. Son libres, inarticuladas, dinámicas, adaptables, confusas y caóticas. Por eso habla de un organismo vivo, en constante movimiento y mutación. 

En el campo educativo, la construcción conceptual “Ecología del aprendizaje” pretende explicar las prácticas en pedagogía, didáctica, metodología e inclusión de nuevas herramientas que sean coherentes a las exigencias de la sociedad. Para César Coll hay cuatro rasgos de la ecología del aprendizaje que toman especial relevancia desde el currículo escolar: 

1.  La importancia creciente del aprendizaje a lo largo de la vida, es decir, el aprendizaje más que formar parte de un proyecto escolar, forma parte de un proyecto de vida.

2.     La importancia de las trayectorias personales de aprendizaje como vía de acceso al conocimiento en la sociedad de la información, por ejemplo aprender lo que necesitamos y nos apasiona, más allá de la escuela.

3.   La adquisición de competencias genéricas relacionadas con el aprender a aprender, más que con lo que se aprende.

4. La tendencia hacia la personalización, ante la gran diversidad de estilos, necesidades e inteligencias de cada persona, por lo que se aprende en la diversidad y con la diversidad. 

Es por todo esto que repensar el sistema educativo a partir de una ecología del aprendizaje propia de la Sociedad de la Información implica, un cambio disruptivo, en profundidad del sistema educativo. Se hace necesario re-definir el para qué (finalidades, funciones y objetivos) y el qué y el cómo (intenciones educativas y su concreción en términos de competencias, contenidos y actividades), respectivamente, del aprendizaje escolar. Se debe tener especialmente en cuenta, la existencia de contextos ajenos a la escuela que ofrecen oportunidades, recursos y herramientas para aprender, y que tienen una influencia creciente sobre los procesos de formación y de desarrollo de las personas y establecer planes conjuntos de actuación con los actores presentes en estos contextos con la finalidad de aprovechar al máximo las oportunidades, los recursos y las herramientas para aprender que ofrecen al alumnado. Implica la utilización de los recursos, herramientas y oportunidades para aprender disponibles en la red (recursos y prácticas educativas abiertas) y en los contextos que conforman el ecosistema de aprendizaje del alumnado.

Menuda tarea la que tenemos los docentes frente a estas nuevas ecologías del aprendizaje, frente a la multiplicidad de escenarios educativos, frente a la multiplicidad de agentes educativos, frente a nuevas necesidades actuales, frente a la necesidad de generar competencias y habilidades en alumnos para un futuro desconocido,  alumnos capaces de seguir aprendiendo durante toda la vida en contextos formales e informales… Todo esto implica la responsabilidad de evolucionar como docentes, de manera integral, dejando de lado prácticas obsoletas, actualizándonos constantemente para lograr ser parte de esta nueva ecología del aprendizaje.


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